El maltrato psicológico
Hace varios días tuve la oportunidad de caminar, meditar y analizar cada gesto, mirada, y forma en que nosotros los cubanos tenemos que tolerar la expresividad de furia malvada en la que estamos obligados a convivir el día a día, ya sea en un mercado, un parque, un centro de trabajo etc.
Para nosotros los cubano que hemos nacido bajo este régimen nos resulta difícil muchas veces darnos cuenta de cuán grande es la burbuja opresiva en la que vivimos y es que basta solamente con interactuar con otras personas, es increíble cómo no somos capaces de expresar libremente ese sentimiento de rebeldía por el yugo que soportamos por parte de aquellos que siendo dirigentes, funcionarios, encargados en las cuadras por llamarlos de algún modo y del que ellos mismos se sienten dueños, vemos cómo actúan hipócritamente por el temor infundido durante décadas y oímos frases como estas “tengo que pertenecer al Comité pues si vienen a hacer alguna verificación no podré encontrar un buen trabajo”, “tengo que participar en la reunión de rendición de cuenta de los delegados”, “debo pagar y abonar lo que haga falta”. Somos rechazados por un simple gesto discordante a ideas comunistas.
El cubano por lo general se pasa haciendo cosas prohibidas me refiero con esto a que si somos cuentapropistas compramos materia prima en el mercado negro, sobornamos a los inspectores. De lo contrario nuestro negocio se va a la quiebra.
No es difícil encontrar en cualquier parte a personas que expresan su inconformidad, poco deseo de brindar un buen servicio, ofrecer una sonrisa amable, saludar con un “buenos días”, etc. Los cubanos por lo general reflejan el deseo de libertad, democracia y cambio.
Como hacer tangible este sentimiento opresivo que parece una ola golpeándonos insistentemente sin importar el daño psicológico y a veces o en su gran mayoría nos damos cuenta que no termina nunca que por el contrario se agudiza, no imaginamos cuantas ganas sentimos los cubanos de que llegará el momento en que por fin tengamos paz interior y podamos exhalar toda esta energía negativa y gritar en un suspiro la libertad.